Elección de un cachorro

La elección del cachorro es un acto de sentido común, nunca debe ser una decisión emocional o irreflexiba.

Elegir un perro es encontrarse investido de un día para otro con muchas responsabilidades, que no siempre nos resultarán agradables. Y, como ocurre en la mayoría de las relaciones humanas, si se empieza mal, las cosas seguirán yendo mal en el futuro.

El espacio que tenemos disponible, no es determinante en la elección del cachorro. Un golden puede adaptarse mejor a un piso de 25 m2 que un chihuahua, pues no es tan importante el espacio del que disponga como el tiempo que pueda dedicarle a su perro, es prioritario para el perro mantener una relación muy buena con su amo. Lo que más le gusta a un perro es el tiempo que pasa con su amo, si no dispone de ese tiempo para su perro, reconsidere adquirir un cachorro.

Es el perro el que en todos los casos debe adaptarse a su vida, y nunca debe ser el amo el que adapte su vida a la del perro. Un Pitbull no es mejor ni peor que cualquier otra perro, todo depende de la pericia de su amo en su educación. De hecho, los caniches y algunos terriers de talla pequeña, son mucho más exigentes y a veces tienen mal carácter. En este aspecto el bulldog francés, bien socializado, puede ser un excelente compañero para un amo dispuesto a dedicarles tiempo.

Sin embargo, el bulldog francés es un perro de moda, y por tanto nos exige ir con cuidado a la hora de elegir la procedencia, y argumentamos lo siguiente para defender esta postura: Cuando algunas razas empiezan a gustar a un número importante de personas, a menudo nos toparemos con vendedores sin escrúpulos que se contentan con explotar el filón. En la cría también hay pesonas desprovistas de interés por los animales y que venden perros como negocio personal. Antes de adquirir un cachorro de una raza de moda, no debe olvidar que, cuando la demada se dispara, los «profesionales» con poca ética harán lo posible para cubrirla a fuerza de reproducciones intempestivas y chapuceras, cruzando las hembras en cada celo.

No decimos que todas las tiendas de animales hagan este negocio, pero sí decimos que en algunas tiendas se venden estos cachorros de dudosa procedencia. De hecho, en los lugares a los que nos referimos, adquirir un perro puede fomentar incluso las «puppy-mills» o fábricas de cachorros afincadas en países donde la explotación animal no está penada con severidad, e incluso hay cierta «complicidad» social.

¿QUÉ DEBO TENER EN CUENTA EN LA ELECCIÓN DE UN CACHORRO?

Imaginemos 7 cachorros de la misma camada, 5 vienen hacia nosotros moviendo sus colas, uno se queda atrás mirando y otro se esconde. El que se queda atrás desconfía, analiza la situación, intenta entender qué pasa…. espera que le den confianza. El que se esconde, habrá que considerar este aspecto si tenemos una vida muy social, este perro puede ser tímido y costarle el contacto con desconocidos u otros perros.

No debe tener tampoco en cuenta la fuerza con la que juegan los otros 5 cachorros, pues el cachorro más débil puede superar al más fuerte y viceversa, no nos permite este detalle sacar ninguna conclusión, ello nunca implicará que ninguno de los dos sea más dominante que el otro.

Por último, debemos saber que un cachorro más miedoso puede, en las circunstancias adecuadas, volverse agresivo y morder. El miedo es la vía más rápida para alcanzar la «motivación hostil» o placer de agredir por el mero gusto de hacerlo.